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JUSTIFICACIÓN

Nuestra HUMANIDAD es social. Continuamente afectamos y somos afectados en nuestras relaciones.

Así, continuamente nos salvamos la vida unos a otros. Y también, muchas veces nos herimos… Las más de las veces, sin desearlo.

Dada esta continua afectación y que, como humanos podemos elegir nuestra respuesta, es crucial que reflexionemos sobre estos puntos:

  • Cómo cuidar a los demás: cómo queremos que nuestras acciones y omisiones impacten positivamente en el mundo y en nuestras relaciones, sin dañarlas.
  • Cómo cuidarnos a nosotras, nosotros mismos: Como hacer que los impactos que recibimos nos nutran, en lugar de dañarnos.
  • Qué hacer cuando nos dañamos.

Esta es la esencia del enfoque restaurativo: generar comunidades fuertes, vínculos sanos. Y construir espacios para sanarnos, cuando inevitablemente, nos herimos.

Dice el Dr. Gabor Mate, lo que llamamos civilización, niega las necesidades humanas. Si entendemos la violencia como la negación de las necesidades humanas: ¿Podemos, entonces, ser humanos en esta civilización?. No parece fácil y los datos no son alentadores…  Por ello, necesitamos con urgencia, crear y cultivar espacios de «Humanidad«. De «Conexión» intra e inter personal.

La violencia está presente en nuestras comunidades, en nuestras familias, en nuestras escuelas, estamos todos los días en contacto con ella, vestida de racismo, homofobia, discriminación, etc. Martha Cabrera (psicóloga Nicaragüense) dice “vivimos en sociedades multi-duelos, multi-traumáticas” cada vez es más difícil buscar espacios para la empatía, espacios donde ser vulnerables, espacios comunitarios y de paz.

Dice el filósofo Esquirol que el ser humano se caracteriza como «el ser que puede ser herido». Herido en un sentido muy profundo.

Y, con ser ello cierto, podemos completar esta afirmación: el ser humano no solo puede ser herido. Lo nuclear es que el ser humano puede ser sanado.

Y aun cuando hay un gran camino de sanación que cada una, cada uno de nosotros podemos recorrer, también es preciso responder a estas preguntas: ¿Será que podemos sanar totalmente en soledad?. ¿O necesitamos unos de otros para sanarnos?.

En el trabajo restaurativo nos ocupamos de forma muy especial, de la reparación del daño. Y  aunque aún estamos aprendiendo y en muchas ocasiones no lo hagamos, ¡no estamos solos!: podemos recorrer el camino juntos y apoyarnos mutuamente en nuestro proceso de sanación.

Este es el sentido que late en lo más profundo de los valores y la filosofía del paradigma restaurativo.

Y a esto nos dedicamos los facilitadores de procesos restaurativos: a cultivar espacios donde los vínculos puedan florecer, generando comunidades fuertes. Y a acompañar a personas y comunidades en sus dificultades y duelos hacia la reparación, cuando el daño se ha producido.

Los círculos de reparación del daño, siguen la estructura de los círculos de diálogo o de paz, pero se enfocan en las emociones y necesidades de las víctimas y en las posibilidades de los ofensores de poder cubrir la reparación, este curso explora los efectos de la violencia y la forma en que podemos reparar los daños a través de un modelo empático que genera comunidades más fuertes.

En este curso conocerás los círculos de diálogo (según el modelo creado por Kay Pranis) y profundizaremos en la metodología de los círculos de diálogo y reparación, para poder aplicarlos a tu contexto.

 

CONTENIDOS

Violencia y Humanidad

Ciclos de violencia, El triángulo de la violencia

Narrativas y violencia

Trauma. Tipos

El cerebro y el trauma

¿Por qué no superamos el trauma?

El esquema caracol

Enfoque restaurativo y trauma

Justicia restaurativa y Procesos en JR

La figura del facilitador de procesos restaurativos

Círculos de reparación del daño

Las emociones en los procesos de reparación del daño

Facilitando círculos restaurativos