PROGRAMA
JUSTIFICACIÓN
Como especie, los humanos somos seres sociales e interdependientes. Así, todo el tiempo afectamos y somos afectados en la interacción con el entorno y, en particular, en nuestras relaciones, primeramente, y de forma muy condicionante, en nuestro núcleo familiar.
Así, la conducta y la personalidad de un individuo será forjada por sus figuras de apego desde la niñez, y tanto las dinámicas relacionales en las que se vea inmerso, como el contexto emocional en el que desarrollen, influirán sobre su comportamiento, incluso en su adultez.
Son ya muchas las voces que dicen que vivimos en una cultura traumatizante. Una cultura que exacerba el individualismo, destruye nuestro contexto relacional e inhibe la íntima conexión con nuestro ser más profundo. Esta cultura que ignora nuestras auténticas necesidades humanas como la pertenencia, el reconocimiento, la conexión, la aceptación, la autenticidad, el cuidado, el amor…
Está comprobado que las familias con un ambiente disfuncional, en el que exista violencia doméstica, abuso, abandono… provoca la traumatización de sus miembros.
Y también sabemos que las familias fuertes y estables, fomentan el desarrollo exitoso de sus miembros, la flexibilidad psicológica, la capacidad de ser consciente de los propios pensamientos y sentimientos y de actuar al servicio de los propios valores, enseñando y promoviendo, además la autorregulación emocional y el comportamiento prosocial.
Dada, por un lado, esta continua y mutua afección en nuestras relaciones, potenciada, en el ámbito familiar, por la fuerza de los vínculos, la convivencia y la intimidad, y de otro lado, que, como seres sociales, no podemos vivir fuera de nuestras relaciones, es crucial que abordemos las siguientes cuestiones:
- Cómo cuidar a los demás: cómo queremos que nuestras acciones y omisiones impacten positivamente en el mundo y en nuestras relaciones, sin dañarlas.
- Cómo cuidarnos a nosotras, nosotros mismos: Como hacer que los impactos que recibimos nos nutran, en lugar de dañarnos.
- Qué hacer cuando nos dañamos en nuestras relaciones.
Dice el filósofo Esquirol que el ser humano se caracteriza como «el ser que puede ser herido». Y, con ser ello cierto, podemos completar esa afirmación: el ser humano no solo puede ser herido. Lo nuclear es que el ser humano puede ser sanado.”
De ahí la relevancia de adoptar un enfoque restaurativo que permita el cuidado relacional y la reparación del daño, sobre todo, claro, en nuestros vínculos más íntimos, como son, sin duda, los que se desarrollan en los núcleos familiares.
CONTENIDOS
1.- La familia. Actualización del concepto
Familia nuclear, extensa y expandida
Tipología de familias
Las fases del ciclo de vida de las familias
2.- La mirada sistémica a la familia
Homeostasis y morfogénesis
Subsistemas familiares
3.- Vínculos, violencia y trauma
Qué es violencia
Qué es trauma
4.- Conociendo el Paradigma restaurativo
5.- Enfoque restaurativo sensible al trauma en el ámbito familiar.
METODOLOGÍA
Método participativo y experiencial con exposición teórico-práctica de contenidos y entrenamiento mediante dinámicas.
Se facilitará contenido teórico a los participantes.